10 de junio de 2013

Los parches anticonceptivos a examen


La anticoncepción es una de las cuestiones de salud que más preocupan a las mujeres. En realidad, no solo se trata de prevenir embarazos no deseados, sino también de protegerse contra cualquier tipo de enfermedad venérea. Sin embargo, no todos lo métodos anticonceptivos ofrecen ambas posibilidades. Normalmente, las mujeres suelen optar por sistemas estrictamente anticonceptivos. Combinados con el preservativo masculino, por ejemplo, se obtiene un nivel de seguridad casi absoluto en ambos aspectos. En general, está demostrado que las mujeres optan mayoritariamente por la píldora en sus múltiples acepciones. Pero hay vida más allá de ella. Desde el DIU hasta los parches anticonceptivos, pasando por el aro vaginal, las opciones son diversas. Dependiendo de las necesidades de cada una, serán más o menos recomendables. A veces, la falta de información o el peso de la costumbre nos llevan a elegir un profiláctico que no siempre es el más idóneo. ¿Por qué no probamos el parche anticonceptivo?

¿Qué es el parche anticonceptivo?
El parche anticonceptivo consiste, tal y como su propio nombre indica, en un rectángulo plástico transdérmico y fino que pertenece a la categoría de los anticonceptivos hormonales combinados. El adhesivo incorpora los mismos componentes que la píldora, pero en un formato alternativo. La progesterona y el estrógeno sintéticos se liberan directamente a través del torrente circulatorio al entrar en contacto el parche con la piel. Cada uno tiene una vida útil de una semana, debiendo ser reemplazado al cabo de la misma. Esa operación se remite durante tres semanas, al cabo de la cual se descansa para que se produzca la llamada "hemorragia por deprivación", es decir, la expulsión de sangre similar a la menstruación ordinaria y que sirve para eliminar las hormonas anticonceptivas del organismo. 

Dudas frecuentes sobre el parche anticonceptivo
Al ser un método anticonceptivo relativamente nuevo y novedoso, puede provocar dudas e inseguridades en quienes pretenden utilizarlo. Para despejarlas, retomamos algunos puntos clave en torno al parche anticonceptivo
-¿Dónde se aplica? En cualquiera de las siguientes 4 zonas: en la espalda y la parte delantera (a excepción del pecho y su contorno), en el abdomen, en los glúteos o en la parte exterior y superior del brazo. 
- ¿Qué pasa si se despega? Si eso ocurre antes de las 24 primeras horas de aplicación, es posible volver a aplicarlo. Nunca hay que recurrir a adhesivos como tiritas o esparadrapo para fijarlo. Si se despega pasadas esas 24 horas, hay que colocar uno nuevo y empezar otro ciclo. En los siguientes 7 días deberá emplearse un anticonceptivo alternativo. 
- ¿Hay que limpiar los bordes? Aunque se ensucie, no es recomendable limpiarlo. En tal caso, lo único que conseguiremos será, probablemente, moverlo o despegarlo. 
- ¿Puede interactuar con otros medicamentos? Sí. El ejemplo más citado es el de los antibióticos (a excepción de las tetraciclinas), pero también pueden interferir en su funcionamiento los antiepilépticos o la fenilbutazona.

Los más recomendable es contar con el asesoramiento de nuestro médico de familia o ginecólogo. Él sabrá aconsejarnos y responder a todas las dudas que puedan surgirnos.


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